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10 ¿No fuiste tú quien secó el mar,
las aguas abismales del océano?
¿El que abrió una senda en el fondo del mar
para que cruzaran por ella los rescatados?
11 Los redimidos del Señor volverán,
llegarán cantando a Sión,
precedidos de eterna alegría,
seguidos de júbilo exultante;
se acabaron penas y aflicciones.
12 Yo soy, yo, quien os consuela.
¿Por qué has de temer a un simple mortal,
a alguien que se consume como hierba?

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